Reformar y decorar casa para vender
En muchas ocasiones, cuando se pretende vender una vivienda, persistimos continuamente con la misma estrategia de venta. Como veremos, en este caso es preferible dar un paso hacia atrás, para poder dar después dos hacia delante. Este paso hacia atrás lo puede representar una reforma que, como toda inversión, nos supondrá un esfuerzo a corto plazo pero cambiará la impresión que dé nuestra vivienda a ojos de los compradores. Podemos estar frente a ese salto cualitativo que nos haga dar con un cliente definitivamente. Por otro lado, también están los avances en términos cuantitativos: una vez hagamos nuestra reforma, la casa va a disfrutar de una mayor tasación que superará la suma de la anterior tasación y de la reforma en sí. Tras la venta de una vivienda remodelada, las cuentas siempre nos van a salir. De hecho, existen empresas que operan sacando partido a esto mismo: compran, remodelan y venden obteniendo un margen de beneficio.
Los tipos de viviendas que más se pueden beneficiar de este salto cualitativo son aquellas que se localizan en agrupaciones de viviendas más o menos homogéneas, como puedan ser bloques de pisos o urbanizaciones de chalets pareados. Con el paso del tiempo, las calidades se deterioran, las preferencias de los usuarios cambian y, si optamos por reformar nuestra vivienda, conseguiremos diferenciarnos del resto. Estaremos dando razones obvias al potencial comprador para que opte por nuestra opción. Tras la ubicación, la primera impresión que dé nuestra vivienda va a determinar que se venda o no. En torno a este punto, la elección de la vivienda responde más a aspectos emocionales, que a criterios racionales y de cálculo.
Existen algunos aspectos comunes a todas las viviendas. Uno es la iluminación. Las viviendas más pequeñas deben aprovechar todas las oportunidades que tengan para crear mayor número de puntos de luz natural y, si esto no fuera suficiente, estudiar cambiar toda la luminaria. Habría que buscar otro sistema de iluminación, uno más sofisticado, e incorporando nuevos puntos de luz si fuera necesario. Para las viviendas más grandes, esto supone uno de sus puntos más fuertes. Incorporar un patio interior o una cristalera, en el recibidor o en el salón, potenciará la amplitud de la que ya disfrutan.
Si lo que queremos es que sea algo práctico, donde no tengamos que invertir mucho tiempo y dinero, y sin renunciar a mejorar la primera impresión que dé nuestra vivienda, existen una serie de elementos clave que no podemos olvidar. Especialmente en las viviendas pequeñas, pintar de blanco elementos tales como puertas, frentes de armario o rodapiés, ayudará a potenciar esa sensación de amplitud de la que antes hablábamos y a que los elementos parezcan en mejor estado. Los cuartos de baño y la cocina son de las estancias que más marcan la percepción general sobre una vivienda. Se pueden sustituir los azulejos, colocar nuevos encima de los anteriores o colocar papel vinílico. Otra opción sería blanquear las juntas de los azulejos, tanto en baños como en cocinas, y sustituir otros elementos tales como juntas de silicona, juntas de grifos, etc.
Para los casos en los que se pueda desarrollar una mayor reforma el abanico de posibilidades se amplia. Por lo general, las viviendas más antiguas, presentan distribuciones menos funcionales a la hora de aprovechar el espacio. Es común ver en este tipo de viviendas un montón de pasillos, puertas en estos pasillos, pequeñas estancias entre habitaciones sin una utilidad clara y recovecos a los que difícilmente sacar partido. A esto se suma la tendencia entre los jóvenes a crear espacios más diáfanos y estancias compartidas. Eliminar una pared para efectuar una de estas uniones entre habitaciones no debe de asustarnos. Hay que tener en cuenta que las familias cada vez se componen de menos miembros y, por ejemplo, prefieren disponer de un amplio vestidor adherido a su habitación que de una habitación para invitados o para guardar trastos. En el peor de los casos, si los nuevos inquilinos vuelven a requerir de ambas habitaciones separadas, tan solo habría que restablecer esa pared, lo cual no reviste gran dificultad.
En definitiva, una reforma es una inversión que, si nos la podemos permitir, siempre va a mejorar las expectativas y condiciones de la venta.